Mindfulness en el cotidiano

 ¿Alguna vez alguien se ha relajado cuando le dicen ¡RELÁJATE!? En mi caso esto al principio era muy difícil. Recuerdo cuando mi papá trataba de enseñarme a manejar ¡uf! era un tremendo sufrimiento. Quizás por eso ahora, cuando me ha tocado enseñar a mí, he sido súper amable y he tratado de construir el espacio de relajación dentro del auto. Para así facilitar el proceso de vivencia plena en el cuerpo, la mente y la emoción del proceso de incorporar todas las coordinaciones que requiere manejar un auto mecánico.

Por más que haya leído y estudiado, que me haya formado como coach, que haya sido scout muchos años, o que haya cursado el diplomado en docencia; la práctica de la meditación fue lo que realmente me abrió el corazón al poder de la amabilidad y la aceptación.

Es difícil enseñar en un post a meditar, así que no voy a pretender hacerlo. Pero si les puedo contar cuales son las actitudes que Jon Kabat-Zinn (quién presentó el mindfulness en occidente) señala se deben desarrollar para ejercitar el mindfulness o meditación.

La primera es no juzgar. Observar los pensamientos que cruzan nuestra mente mientras meditamos y reconocerlos como tales. Decir pensamiento y soltarlos. Es la actitud de estar abierto a la experiencia y no tratando de encajarla en el molde de explicaciones con el que andamos por la vida.

La amabilidad también requiere paciencia con el proceso ya que lleva algún tiempo adquirir lo que se está aprendiendo; y con uno mismo, cultivando el amor hacia nosotros, tal y como somos, permaneciendo abierto a cada momento y aceptándolo en plenitud. La paciencia demuestra que comprendemos y asumimos que las cosas tienen que desplegar a su debido tiempo.

La mentalidad de principiante. Recuedan cuando éramos niños y había tanto que nos sorprendía y asombraba. Se trata de conectarse de nuevo con esta capacidad de contemplar las cosas de un modo nuevo, con curiosidad, como si fuese la primera vez que las vemos, abandonando las expectativas basadas en experiencias previas.

Esto requiere tener confianza. En cada uno/una de nosotras está la posibilidad de meditar y relajarse. Para esto a veces es bueno conocer a alguien que ya haya pasado por el proceso. Los testimonios de otras personas nos pueden ayudar a encontrar la serenidad para confiar en que, a pesar que cometeremos errores, lograremos aprender, a nuestro ritmo.

No esfuerzo. ¿Cómo es esto? Nos han dicho tanto frases como “no pain, no gain”, “al que madruga Dios lo ayuda”, “la inspiración tiene que encontrarte trabajando”. Quizás cuantas más hay en el repertorio de cada uno. Pero sí, la meditación es un camino en el que debes disfrutar el camino y no mirar a cada segundo cuanto has avanzado.

Aceptación. Observar lo que ocurre y admitir lo que pasa tal cual es en el presente, sin intentar que sea de otra manera. Muchas de nuestras frustraciones y nuestros dolores vienen de nuestra resistencia a aceptar el momento presente. El malestar, sin juicios, es sólo información. Por esto necesitamos aprender a desarrollar la capacidad de aceptar radicalmente que “es lo que hay”. Desde ahí pueden pasar muchas cosas. Pero esto requiere confianza en el proceso.

Dejar ir, ceder, no apegarnos a determinadas cosas, ideas, sensaciones y especialmente a los resultados. Esto por ejemplo en la práctica formal de la meditación se refiere a que soltaremos nuestros juicios, para habitar en el lugar de la contemplación del momento presente.

Estas actitudes son un sistema, cada una nos remite a las otras. Algunas nos costarán más, otras menos. Pero cuando logramos desarrollarlas, ya estamos en un nivel de meditación tremendo. Más de lo que muchas personas logran solo con la buena voluntad.

Lo que más me gusta de tener conciencia de estar aprendiendo estas actitudes es que por si mismas son sanadoras. Y dan pie para que otras actitudes (generosidad, gratitud, dominio de uno mismo, perdón, amabilidad, compasión, ecuanimidad, etc.) se instalen en nuestras vidas.

Sticker Love GIF by innerbalancepsychology.com