Dicen por ahí que uno se para en hombros de gigantes para poder hacer casi cualquier cosa. Siempre hubo alguien antes que una que aprendió algo, sin lo cual no sería posible lo que piensas hoy. Por eso les dejo este humilde reconocimiento a las lecturas que he realizado y a la apreciable cantidad de esfuerzos que hay en las redes sociales para difundir estas nuevas perspectivas. Los nombres van en orden de aparición en mi vida.
Serena Gray quien con su libro La vida ya es un castigo... ¡y encima hacemos dieta! me hizo empezar a replantearme el mundo y mi relación con mi alimentación, por allá por el año 2009.
Pocos meses antes de la pandemia empecé una terapia con una la psicóloga Roxana Brodsky. La busqué especialmente porque mi camino budista hacia que fuera necesario alguien que supiera del tema. Y ha sido maravilloso. Medito desde el año 2005. Tomé mi voto de refugio en el buda, la sangha y el Dharma el 2010 (por ahí). Pero sólo en pandemia, con muchas lecturas, reflexiones y apoyo de la terapia, pude integrar la meditación y el budismo a mi vida cotidiana. Este Manual práctico de terapia dialéctico conductual me ayudó a entender que rol estaba jugando la meditación en mi vida. El libro ¿Porqué el budismo es verdad? La ciencia y la filosofía de la meditación y la iluminación me mostró una nueva forma de vincularme con mi propia práctica de la meditación. Tara Brach, con su libro Aceptación radical, me llevó a entender de que hablamos cuando hablamos de estar en el presente. Al igual que Kristine Neff con el libro Sé amable contigo mismo: El arte de la compasión hacia uno mismo.
Además, en pandemia hice uso y abuso de las redes sociales. Lo bueno: apareció gente realmente increíble. La primera fue Stefy Fernández, la nutricionista que con sus tiktok divertidísimos me asombró al mostrarme que otra forma es posible en la relación con la comida. Pueden seguir a Stefyactiva en Instragram y en Tiktok.
Después, con una carta abierta a los chilenos, conocí a la fantástica doctora Denisse Kohn, quien pone al servicio del mundo todo lo que aprendió en la NYU en su especialidad en nutrición en su Instagram Dra.DK Empecé este espacio de escritura a propósito de su taller de alimentación intuitiva y la forma como está derrumbando mis creencias.
En este punto de la pandemia, mágicamente, aparecieron un montón de autores que han escrito sobre una nueva mirada a la alimentación y el comer. Yo sólo he leído parcialmente tres de ellos, porque en su mayoría están en inglés: Intuitive eating, Health at every size y Body kindness. Los recomiendo todos. Espero hacer un post de cada uno de ellos.
Una psicóloga, una nutricionista y una médica experta en nutrición entran a un bar... esta fue la sensación que tuve cuando escuche por primera vez el podcast Mujeres Comiendo. Ya van en su segunda temporada. María Jesús Ramos, la Tuti, es la nutricionista de ese podcast y me apaña en mi búsqueda personal. Búsquenla en el Instagram como Nutricontuti. Es sequísima y sabe demasiado.
En lo más reciente, tuve este verano la oportunidad de leer a Nazareth Castellanos, una física que se hizo neurocientífica y escribió El espejo del cerebro, una explicación muy accesible de la historia de la Neurociencia y como se explican, desde ella, los efectos de la meditación.
Paro acá. Tengo demasiado que leer, demasiado que aprender. Se queda afuera de esta reseña todo lo que aprendí en mis formaciones universitarias. Algún homenaje les haré a los autores que me marcaron. Mis múltiples formaciones emergen tanto en mi pluma, como en mi forma de pensar. Las instituciones por la que he pasado quizás no quieran reconocer su tremendo aporte en todo lo que hoy escribo, alejada de esa academia rígida y conservadora. Por si acaso, les dejo mi LinkedIn para que averigüen más de esa parte de mí.